Pues manos a la obra. La idea surgió porque mis hijo Carlos pertenece a un club de waterpolo y le comenté a Emma que sería bueno probar a hacer algo relacionado con el waterpolo par una posible fiesta de cumpleaños.
La cosa no era fácil para nosotras porque hasta ahora todo lo que habíamos hecho eran bizcochos normales, pero para aprender hay que arriesgarse un poco.
Lo primero el diseño, fácil... un trozo de tarta que simule el agua y media pelota encima
Algo parecido a esto.
Pero claro, cómo hacerlo. Bueno, para la base hicimos un bizcocho de brownie y para la pelota uno de yogur. La forma de la pelota la hicimos horneando el bizcocho en un bol metálico que compramos en Ikea.
Como veis en la foto no quedó del todo mal.
El efecto del agua no sabíamos como hacerlo y lo único que se nos ocurrió fue hacer gelatina, teñida de azul, sobre una bandeja, dejarla enfriar durante un tiempo y luego ponerla a trozos sobre el fondant azul, de esa forma imitábamos el agua moviéndose con el balón.
En la foto, genial, pero la verdad es que en el momento que la gelatina se calienta empieza a licuarse y afecta considerablemente a la estabilidad del fondant, a parte que a la hora de comerla junto con el bizcocho no era una textura muy agradable.
Como experiencia, buena, aprendimos que la imitación del agua no se debe hacer con gelatina y investigando supimos que normalmente se hace con pipin gel, un producto de pastelería
Pero de sabor estaba buenísima...
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